Maldivas, el cielo en la tierra

Villas de bambú sostenidas sobre el mar bajo las que se deslizan peces de colores, playas de aguas cristalinas con fondos de coral y arena tan blanca que hasta llega a deslumbrar, miles de atolones que, desde un hidroavión, se presentan como un espectáculo irreal. La realidad supera la ilusión cuando se trata de las Maldivas, el archipiélago que mejor encarna el reflejo del paraíso. Un lugar donde los recién casados encuentran lo más parecido al cielo en la tierra. Por su calma de rincón apartado del mundo y por la intimidad que proporcionan sus parajes solitarios, estas islas posadas sobre el Índico son desde hace años el destino perfecto para las lunas de miel. Porque de las casi dos mil que trazan este territorio, alrededor de un centenar son islas resort ocupadas por un único hotel.

Maldivas es el lujo elevado a la máxima expresión. En su naturaleza virgen pintada con todos los matices del azul y el verde, con el mar a 27 grados y las palmeras aportando el exotismo tropical. Pero también en sus complejos exquisitos donde la paz reside en dejar pasar las horas en una tumbona o recibir un masaje en un spa submarino que transparenta la vida bajo el agua. Este mundo de las profundidades también se puede descubrir buceando con aletas y tubo, puesto que sus arrecifes de coral permiten nadar con una apabullante fauna marina que incluye hasta 26 especies de tiburones. Sinónimo de destino soñado, aquí las parejas encuentran el escenario perfecto para la placentera oferta de actividades que se brindan desde los resorts, como dar de comer a rayas de dos metros de diámetro que se acercan puntuales a la orilla o dar un trepidante